(foto por: Mariana Aguilar) |
El 23 de junio, cuando el grupo de adolescentes ingresó
junto a su entrenador en el laberinto de grutas de Tham Luang Nang Non, no
pudieron salir. Un empleado del parque nacional fue quien primero alertó de su
desaparición.
Tras la alerta, un grupo de más 1.000 personas, entre
militares, cuerpos de la marina, trabajadores locales, voluntarios y equipos
especializados de varios países, llegó a la zona para apoyar en las tareas de
búsqueda y rescate, pero los esfuerzos se extendieron por más de una semana por
el elevado nivel de las aguas dentro de la cueva.
Rescatistas estudian las posibles opciones disponibles para
evacuar a los doce niños y su entrenador de fútbol.
Ben Reymenants, un rescatista holandés que forma parte del
equipo internacional que buscó a los chicos, explicó que el lugar donde se
encontraban tiene una temperatura relativamente cálida, de unos 26ºC, lo que
evitó una posible hipertermia o hipotermia.
Asimismo, aunque el agua de la inundación que los rodea no
es potable, sí lo es la que cae a chorros por las paredes de la cueva, que fue
fundamental para impedir que se deshidrataran.
Según Reymenants, otro de los factores que ayudó a su
supervivencia es que los niños, por su composición anatómica, pueden sobrevivir
más tiempo sin alimentos.
El buceo es el plan de emergencia también se ha estudiado
la posibilidad de evacuarlos a través de la perforación de un pozo vertical.
Mariana Flores Aguilar
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